Zitadina

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“No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo.”.

Susan Sontag

 

Sin Sustancia

 

La Delicada Fuerza De Ser

 

Una mejor version de ti, más joven, más guapa, y con ello más amada, seria una propuesta difícil de rechazar; el ideal de la vida resumido en una "Sustancia". Para una persona trans la auto aceptación no sólo tiene que ver con lo que se persibe, sino con lo que se siente, el conflicto de estas dos resulta difícil de explicar y casi imposible de entender.

 

Si toda transición es dolorosa, la que viene de la necesidad se vuelve aún más. Ser dos seres en uno, una misma identidad en dos cuerpos, presente y pasado conviviendo en el caos, el caos que da la dismorfia corporal que tristemente nos muestran una realidad, y por ende un camino para las más vulnerables, es ahí donde la comunidad trans se vuelve suceptible al caer en todo tipo de intervenciones estéticas posibles, desde las más costosas hasta las más clandestinas solo por tratar de ser la mejor versión de ti misma, aquí la sutil feminidad es el objetivo, pero pareciera que aún y con la ciencia todo es cuestión del azar, y que la suerte es solo para unas cuantas, con el triunfo de ese supuesto logro, todos querrán estar a tu lado, el cispassing es el premio, pero ¿Qué hay de aquellas que no lo lograron?, ¿Quién nos nego la feminidad? sobre esa banalidad que da el exterior, aquí, a nadie le interesa tu interior, porque acostumbrados estamos a servir para recibir algo a cambio.

 

En esta efebocracia que todos vivimos es un delito envejecer, ¡peor! al ser una mujer trans, porque el tiempo de serlo es muy corto, aquí los años de juventud suelen estar contados por segundos, el fin de todo eso, es el horror que da el olvido, por que en este fast track de la vida las nuevas caras que surgen cada año, y cada vez más rápido, hacen a un lado aquellas que en su tiempo eran consideradas un maniquí; más teta y más culo nunca serán suficientes para las mujeres trans, y a eso, se le tiene que sumar la presión de tener un gran pene y que este sea funcional. Es justamente esa presión vivida desde el exterior al interior, lo que ha terminado en la deformación de los cuerpos, convirtiéndolos en monstruos sobrevivientes; la lucha por la aceptación consigo misma pareciera nunca terminar, y aquí surge una pregunta recurrente: ¿Por qué me odio a mi misma?

 

Lo que a visto el ojo del hombre común ha sido la superficialidad que da la juventud y la belleza, como tal su valor a sido circunstancial incluso equivoco por que todo cambia y vuelva a caer en el mismo lugar. Para aquellos que nos cruzamos en sus vidas, incluso que compartimos parte de la misma, para muchos lo fuimos sin sustancia, el error no fue de nadie más, solo de nosotras mismas, sobre el libre albedrío no se reparten culpas, las decisiones tomadas y el resultado de las mismas nacieron de lo que tenias en tu interior, porque entre el amor y la educación no eres dos, sino una misma.

 

 

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