Zitadina

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“Todos ven lo que tu aparentas, pocos advierten lo que eres”.

Nicolás Maquiavelo

 

 

Scort

 

 

 

Diva (n)

 

Virilidad ante todo. Los machos Alfa se saben machos por que su "mami" se los hizo saber sin palabras, sin la noción de ello, sin la consecuencia de eso, simplemente los crió desde un vientre machista. Esas cosas que hacemos por inercia, por reacción corpórea no es otra cosa que la consecuencia de nuestros años de infancia o de infamia. ¿A quién le reclamamos la estupidez cuando viene de nosotros?

¿Cómo se crea o se destruye un scort hombre en una sociedad machista donde las únicas culpables de todo pareciera que son las mujeres, "las anorgasmicas" esas que necesitan de un hombre y que a su vez pueden vivir perfectamente sin uno?. Nadie ve como un "problema" la prostitución masculina, pero la femenina en el género que sea sigue su condena en cualquiera de los hemisferios de este sucio planeta. 

Un falo como tal empodera a quien lo tenga en la medida adecuada, en el grosor necesario, en la resistencia solicitada, con esas virtudes ¿quien le dice que no al poder?. El hombre scort necesita de un falo con esas características, incluso si su belleza masculina destaca de él, digamos que es la combinación perfecta entre la fácilidad que da lo sublime y la rendición de nuestros añorados juegos de seducción. Él nos tiene ante su merced con todas esas virtudes que la vida le brindó; este ser no necesita en este caso de pensar con una mente brillante para simplemente ser y existir, basta su presencia formada de vanidad para ser el campo perfecto a la germinacion de todo  mal o de toda bondad.

 

Entre los necesitados del hombre scort,  las parejas swinger son los más asiduos; aquí la presa no es el hombre scort, es la mujer, ella es el objeto de un deseo machista en complicidad que deriva en una vejación consensuada casi criminal, el usarla hace de ella un juego perverso, el mirarle ser sometida por otro, deforma el ultraje en un deleite. ¿Existirá aquí alguna falla para que otro ejecute lo que nuestra pequeñez no pudo? o también la insatisfacción se genera de aquello que nos dejó de sorprender. 

No solo las parejas "liberales" gozan de sus servicios, prácticamente cualquiera que tenga  algo tan valioso como lo es el dinero tendrá el poder y el permiso de orbitar en la atmó ego-eléctrica del scort; con dinero hasta los dioses bajan al averno. La construcción de un ser mitad hombre, mitad toro, podría ser la fantasia perfecta para cualquier estado de sumisión que tenga los gustos dispersos y carentes, nuestro nuevo minotauro tiene dos ideas ergidas sobre su cabeza: sexo y dinero, para él que todo lo tiene ya resuelto el sexo es simple y llanamente sexo, que deriva en una economía donde lo imposible se vuelve posible, un guapo dotado con dinero y bueno en la cama ¿Quién le dice que no a ese laberinto?   

Los dioses tienden a caer, consumen un tiempo por demás delimitado, sus  habilidades aumentan conforme más perverso se vuelve el servicio, su carácter se transforma a una frialdad sensitiva que les ayuda a saber perfectamente de quién verdaderamente viene la sinceridad -esto por supuesto alejado de la prestación de sus servicios-, una novia o en su defecto una esposa es testigo adverso de ello.

La mejor definición que se les podría adjudicar hoy día al hombre scort sería la de: "Adictos al sexo que sacan provecho económico de ello". Nadie niega que una relación sexual en el término que sea no es sensitiva e incluso placentera y si además de eso cobras en un par de horas lo que diez horas de trabajo no redituan ¡bienvenida sea la perversion!, sin embargo el  verdadero terror viene cuando eso se vuelve moral y lo disfrazan con las palabras más rebuscadas del diccionario, o cuando intentan justificarlo que lo hacen con los motivos injustificables del amor, peor aún, cuando los límites no  conocen de enfermedades, vicios o promiscuidad.

¿Quien detiene las necesidades del dinero?, ¿quién detiene la necesidad del roce de la piel con las cavidades palpitantes?, ¿quién advierte lo difícil de lo fácil?. Los hombres scort no se detienen a pensar en ese tipo de pequeñeces, para ellos solo existe el momento de la negociación, se lanzan sobre el capote con su cuerpo erecto, fornican con  hombres, mujeres, otros scort.

Olvidan dormir para dominar, olvidan pensar para sentir, se olvidan de si para existir, y también lo Alfa da faenas de sutil frágilidad.

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