Da lo que tienes para merecer recibir lo que te falta.
La Fulgurante Incapacidad De Dar.
Transformamos cada pedazo de carne que simplemente no sirvió, invertimos los fluidos naturales por unos artificiales, la grasa en escultura se formó. Asi se envejece sin arrugas de un momento a otro, se envejece en una piel terza casi seda, la vejez llega en un nuevo cuerpo. La juventud a mi miembro no volvió, se dibujó una vagina en mi, me volví de piedra y fui feliz. El cuerpo se construye y muere, en eso nos parecemos todos; de sexo nadie respira, pero la existencia esa si la buscamos con la obsesión para crear… ¡creacion! lo que muchos le atribuyen a un dios, si dios es el que crea entonces soy un dios escultor. Ahora entiendo porque tantos adoran a las trans. Puede ser que juventud y vejez se vivan a través de las hormonas benditas-malditas y si el futuro nos alcanza cambiar de sexo será tan ordinario como escribir.
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