Un hijo es una pregunta que le hacemos al destino.
José María Pemán (1898-1981) Escritor español.
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Zitadina 2012

 

 

Mi Hij@ Trans

 

 

Parte de la creación es su planeación, sin embargo mucha de la gente heterosexual inscrita para la procreación no planea las cosas en función de una vida a futuro, (como si ya todo estuviera escrito) es más, las parejas de hoy suelen planificar el crédito de una casa o la compra de un auto antes que pensar en tener un hijo (como si eso fuera un accidente del destino). Nuevamente nuestro egoísmo está sujeto a solo dos que se miran en un estallido de euforia y que en algunos de los casos culmina en una acta de divorcio, misma que incluso estaba prescrita cuando se casaron.


Cierto es que cuando los tiempos pasan junto con la euforia, es bien sabido que ese amor incondicional de la pareja al pasar los años se le traspasa a los hijos y al poco tiempo ese hombre heterosexual (que nunca dudo de serlo), al mirar su monotonía reinterpretará su historia y de reojo se detendrá para contemplar el otro lado del espejo. Si la filia por las nen@s Trans que por diferentes razones ubicaron a los hombres a reivindicar sus gustos y de cierta forma modificar su estilo de vida a una doble, y donde casarse jamás hubiera sido la opción y los hijos ni pensarlos, es hoy día pareciera, la manera más moderna de vivir la libertad ambigua.


Pero ubicándonos en el hoy y el ahora que a todo mundo le acomoda (y me refiero al mundo heterosexual), me pregunto ¿qué pensarían todos aquellos hombres Transfílicos si en su núcleo familiar tuvieran la fortuna, o la desgracia de tener un hijo Trans?, sin duda la paz y la tranquilidad se verían afectadas, ya que nunca será lo mismo el juzgar todo aquello que se encuentra fuera de la casa, que cuando lo tenemos dentro; la visión hacia nosotras sin duda cambiaría incluso para todo aquel que solo nos mira como un simple pedazo de carne. Es cierto que un hijo te cambia la vida, y más cuando aquel forma parte de nuestros gustos particulares y ocultos, sería algo así como compartir el hogar con el enemigo a cuestas, tanto para aquel que descubrió su gusto antes de pensar en tener hijos como para aquel que ya los tiene. No sé que tanto apoyo recibiría un hijo Trans sabiendo del estigma por el cual somos prejuzgadas si en primeras instancias lo somos por nuestro propios padres. Sin dudarlo todo se traduce a cuanto conocimiento y educación se respira en el aire familiar; suertudas aquellas que nacieron en la cuna de la tolerancia, la inteligencia y la sensibilidad, que por desgracia son pocas.


Aunque no todos los casos son iguales tal vez muchos respondan que el amor hacia los hijos es verdadero e incondicional, pero es cierto que los mexicanos no estamos preparados para escuchar a tu hijo de cinco años decir que él es una niña, la ignorancia de una sociedad que piensa con el glande antes que con la cabeza es el sufrir de los hoy niños Trans.


Pero me pregunto que hará un hombre que le gustan (de manera secreta) las Trans, al saber que podría tener una hij@ Trans, si de antemano él sabe que los hombres no las toman en serio ni en cuenta a la hora de integrarlas a la vida común donde los machos sexuados gobiernan. El crecimiento humano de los padres se vuelve casi obligatorio, la sociedad los señalará de por vida, y en automático se volverán guerreros de batallas ajenas, este y otros casos donde los hijos se comen la vida de los padres tal vez les haga replantearse el hecho de qué tan bueno resulta tener hijos por azar. Cuando escucho platicar a futuros padres sobre el sexo del bebé, mi mundo fatalista no deja de imaginar que los finales no tienen por qué ser todos felices y conceptuados a solo dos retorcidos géneros, y que como dicen por ahí, “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”.


Un hijo se puede convertir en lo más maravilloso o en lo más horripilante del mundo, pero a manera unipersonal creo que ha llegado la hora de plantearse si tenemos las capacidades para crear maravillas o destrozarlas, ¿Se tiene el tiempo, el dinero y la suficiente inteligencia para tener un hij@?, ¡Por que eso si! todos alegamos que el amor todooo lo justifica, nos alcanza y hasta sobra. Independientemente si un hijo o hija decide cambiar su exterior, el verdadero objetivo y apoyo de unos autenticos padres deberia ser el fomentar el respeto y aceptación que ese hijo se tenga asi mismo. Ser padres no es cualquier cosa, pero hacer hijos si es cualquier cosa.


 

 


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