DE CHILE, DE MOLE Y DE DULCE …

Hola de nuevo a todos, deseo estén de lo mejor!!!!!

En esta ocasión deseo tocar el tema de las PREFERENCIAS SEXUALES, el cual, si lo vemos de dicho enfoque es un tema a pensar antes de pronunciarse; pues cuando hablamos de “preferencia” por un sexo o por el otro; o por un género dentro de un sexo no correspondiente a su cuerpo las palabras resultan engañosas, como si se tratara de un capricho al escoger lo que más nos gusta.

No!... no es cierto, no hay tal elección. ¡Ojalá pudiésemos permitirnos tales lujos!

El asunto es más humilde y limitado, nadie elegimos lo que nos atrae íntimamente como complemento vital para no estar solo. Esta tendencia viene con nosotros, y tendremos que ser responsables en vez culpables o inquisidores al respecto.

Quizás muy dentro de nuestra existencia nos preguntamos si podemos ESCOGER al respecto, pero desafortunadamente no hay tal opción, no hay tal muestrario de las de las pasiones humanas para elegir a nuestro antojo, ni tal libertad sexual y afectiva entre nuestras opciones para existir acompañados de un ser ajeno.

Quizás sea mejor apearse de tal sueño utópico, pese a quien pese mientras no se demuestre lo contrario. La atracción sexual por los hombres o las mujeres como complemento personal no la elige un homosexual a capricho, ni un heterosexual, ninguno de los dos en algún caso. Nadie les pregunto a ninguno de ellos, de hecho esta atracción ocurre mucho antes de que la genitalidad y el ejercicio del sexo puesto en práctica existan como actividad en nuestra vida. No es genital, es emotivo. El niño homosexual sabe, que desde chiquito, mientras otros compañeros alucinan con las chavas, el solo tiene ojos para el compañero de su mismo sexo soñando idénticas aventuras románticas, lo mismo las lesbianas, y ni siquiera hay carne en juego, sólo sueños, sólo anhelos y platonismo en nuestros adentros. ¿De quién es la culpa? O mejor ¿Cómo le hacemos para entender?

Después de todo lo anterior, la humanidad optó por catalogar todo esto como “orientación sexual” en vez de “preferencia sexual”, tratando de ser más correctos con las palabras que no son inocentes en ningún caso a la hora de las consecuencias que conllevan. La “preferencia” parece anunciar un catálogo caprichoso, en cambio “orientación” es una palabra más honesta en este caso, habla de nuestro lado norte.

Dentro de toda esta analogía se encuentran muchos entredichos, pues que bueno fuera que alguien hubiese decidido por nosotros, así, si no nos era grata tal elección tendríamos a quién echarle la culpa y sería más cómodo excusarnos y no tener que ser responsables de nuestra situación… Pero no fue así, esta “preferencia sexual” vino con nosotros, está adherida a nuestra personalidad y nada ni nadie puede n i debe cambiarla. Es como si viviéramos en un bosque, con su clima frío y nubloso y su respectiva fauna, pero en vez de ello quisiéremos que tuviera playa y un clima húmedo templado. Suena a capricho no?... Pues en ese caso detecto que lo que en realidad deseo es una playa con su clima tropical y la brisa del mar, pero como en su “mayoría” le agrada el bosque la norma es esa y se nos juzgaría de lo contrario.

Suena absurdo no?... cada cual es como debe de ser, individual y único, solo que algunas veces tendemos a caer en el vacío y no escuchamos lo que queremos, sino lo que los demás desean que escuchemos.

Así pues, tal preferencia no te la enseña nadie, ni te la impone, simplemente es lo que nos gusta y punto.

Pero no todo se queda aquí, pues en lo que atañe a nosotras las personas transexuales es aún más complejo, ya que hay quien dice que los hombres “vestidos de mujeres” son anti natura, que es un “error de la naturaleza”.

Y también se dice mucho de los hombres a los que nosotras les gustamos en nuestra total complejidad.

No es difícil entender porqué le atraemos a un gran sector de los varones del total de la población. Se los pongo de esta manera:

Nosotras fuimos educadas como varones, con todo lo que la sociedad dicta par tal género. Se nos enseña a ser “los” dueños del mundo, los que no deben de agachar la mirada, los que deben de marcar su territorio, como los futuros “hombres” de la casa, nada de intimidaciones ni sumisión, no lloriqueos ni entregas incondicionales, tomar las cosas porque ya nos pertenecen, y a tirarnos el mayor número de “viejas”, porqué entre más experiencia adquiriésemos más “hombres seríamos”, así que todo esto pongámosle una cara femenina, cabello abundante y largo, curvas, senos y caderas abultados, sensualidad, erotismo, delicadeza y cachondería… Bingo!!!!!!!!!

El resultado es una bomba, pues tenemos como resultado una mujer cachonda, desinhibida, que disfruta su sexualidad al máximo, tierna pero no empalagosa, libre, segura, intimidante en algunos casos y que “no pide permiso para nada”, y por supuesto, con un “extra” que yo me he auto definido como un “clítoris” súper dotado ji ji, el cuál me da un placer interminable!

Aquí es donde me atrevo a preguntar ¿Valdrá el caso desperdiciar la única oportunidad de vida y hacer lo que los demás quieran que hagamos? , ¿o será mejor vivirla al máximo, dando y recibiendo placer en cuerpo, mente y alma?, pues los orgasmos no son exclusivos del cuerpo.

Digo yo, … ¿pa’ que tanto brinco estando el suelo tan parejo?

Hasta la próxima y que les sean leve!

Dalida


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