LA TRINIDAD

¡¡¡¡¡Hola!!!!!

Espero no haberlos abandonado tanto, extrañaba tanto poder dedica unas cuantas para todos ustedes y heme aquí de nuevo.

En esta ocasión deseo hablarles un poco de la “TRINIDAD”. Nada tiene que ver con algún tema religioso, místico o dogmático; simplemente es una situación tan humana y tan visible a nosotros, sólo que no la percibimos comúnmente, la hacemos a un lado y nos entregamos a la vida tan ajetreada de nuestros días.

De lo que les estoy hablando es de nuestra verdadera esencia, de lo que nos hace verdaderamente seres humanos, de lo que en realidad estamos compuestos.

Nuestra vida está compuesta por tantas y tantas experiencias que nos trae el día a día, tanto alegres como tristes, dulces o amargas, … en fin, una variedad de situaciones que dejan en nosotros un sabor de boca único y exquisito, pues una de nuestras capacidades como seres humanos es esa; la diversidad en todo lo que nos rodea… Porque de Diversidad estamos hechos.

…Y sería un error rechazar tal privilegio.

Muchas veces he escuchado por ahí comentarios, tanto en TV como en radio, los he leído en revistas y periódicos, en la red y folletos, inclusive hasta en boca de científicos y eminencias de todo tipo, pero la verdad es muy distinta. Dicho comentario al que me refiero es este “Nosotros los seres humanos, somos una raza superior, seres pensantes… CIVILIZADOS.

Pero sólo basta con mirar a nuestro rededor y a nosotros mismos. Buscamos con tanto afán lo que llevamos dentro, muchas de las veces nos pasamos invirtiendo tiempo y dinero en hallar este secreto, incluso hay gente que cree que hay que buscar en otros países o regiones remotas, que hay que indagar en el ciberespacio para poder encontrar lo que tanto buscamos… estando tan cerca, tan dentro de nosotros mismos.

Es increíble como hoy en día la sociedad en la que nos desenvolvemos y la globalización que alimenta dichos preceptos nos arrastra a llevar una vida llena de absurdos y rebuscados limitantes que nosotros mismos vamos alentando a crecer día con día.

Muchos de nosotros creemos haber sido educados de pequeños, con la mejor de las educaciones, nos fueron “vendiendo” muchas ideas de lo que era correcto en dicha sociedad… sólo que dicha “educación” en realidad fue una simple “domesticación. Efectivamente, nos indicaban como “desenvolvernos correctamente” con una infinidad de conceptos y normas… tanto que nos vendieron y que hoy en día no nos es útil.

Limitamos nuestra sexualidad, limitamos nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nos auto condenamos indiscriminadamente a un suplicio sin fin. Somos nuestros peores enemigos.

Actualmente rechazamos todo lo diferente a lo “normal”, a lo “correcto”… Pero si vemos en realidad que lo normal está definido como la repetición constante de una serie de eventos o costumbres adquiridas por la creación de la misma cultura, entonces sí; podemos partir ahora que lo normal es aquello a lo que estamos expuestos constantemente y que es aceptado por una cultura recién creada, alimentada por la necesidad imperante de encontrar un alivio, un respiro dentro de suplicio que tan afanosamente nos hemos auto creado.

No es difícil romper con dichas cadenas, simplemente enfoquémonos a ser felices, humildes, auténticos, únicos y disfrutar de nuestro cuerpo y nuestro entorno.

Tenemos todo lo suficiente para poder llevar a cabo tal empresa, tenemos un cuerpo, una mente y un espíritu al que me gustaría llamarle “esencia”.

Esta TRINIDAD con la que fuimos dotados desde el momento en que llegamos a nacer es gratis, la tenemos a la mano y podemos construirla o destruirla según intereses propios.

No hay nada como alimentar el intelecto con una serie de manjares culturales tan exquisitos que han sido creado por nuestra especie y la naturaleza, darle mantenimiento a ese incesante manantial de nuestros placeres físicos, fiel templo benevolente de la naturaleza, cultivar y darle al cuerpo un buen trato, alimentarlo sanamente y quererlo… Y el tercero, nuestra “esencia”, que nos lleva a ser quienes somos, a actuar de determinada manera… este, mis queridos amigos es el mas caprichoso y consentido de nuestra integridad, pues de el se desprenden la conciencia y la determinación con que queremos actuar. Y si dicho elemento no es bien alimentado, los otros dos no funcionan correctamente. Aunque no lo creamos, los tres están tan íntimamente conectados, que si en dicho momento sobrevaloramos de manera individual uno solo, estamos siendo egoístas con nosotros mismos. Pues ni un cerebro por sí sólo, o un físico de deidad griega pueden ser valorados como lo que en realidad son si nuestra esencia está envenenada.

Dicho balance entre mente, cuerpo y “esencia” es quizás un poco complicado de lograr para algunos de nosotros, sobre todo para aquellas criaturitas “jóvenes” (por no decir inmaduras) , y esto es muy relativo, porque pueden existir criaturitas de 15, 20,35, 40, 50 años de edad que no han “madurado” y siguen atados a cadenas materialistas y vacías que no les permiten ver la verdadera belleza de esta Trinidad.

Es increíble ver a gente que se cree poderosa a primera instancia, pero tan llena de miedos internos que le hacen tan vulnerable como una pompa de jabón.

No es necesario utilizar metáforas ni analogías, incluso la retórica sale sobrando en este tema, veamos las cosas como son, actuemos de inmediato, de lo contrario será demasiado tarde y terminaremos echando nuestra vida por la borda.

No somos nosotros los que buscamos la felicidad… ella nos está buscando a nosotros, sólo que a veces nos escondemos o le huimos. No le temamos, pues es lo más bello de nuestra humanidad.

Los dejo con esta pequeña reflexión y ¡¡¡¡¡¡hasta la próxima!!!!!!

Dalida


Nota importante:

Los textos que aparecen en las diferentes secciones de esta página son responsabilidad absoluta del autor o autora y no reflejan necesariamente el modo de pensar de este portal ni de sus administradores.

Amable lector, te invitamos a que emitas tu voto por este artículo. Encontrarás el módulo para votar en el costado derecho de esta página.